miércoles, 21 de septiembre de 2011

Futuros amigos

- Todo comenzó – nos dijo – hace ya dos años en el instituto donde yo y mi ex marido dábamos clase. Trabajábamos cerca de este lugar, a unas 2 manzanas. Eran buenos tiempos los que vivíamos juntos, el daba clase de economía y yo impartía clases particulares en los cursos más avanzados del colegio. Llevábamos juntos 5 años, y me ofreció este trabajo el año pasado por que necesitábamos un dinero extra ya que… bueno, íbamos a tener un hijo.

No sabía que decir en ese momento, si felicitarla o consolarla, solo me limite a escuchar.

- Hace 6 meses, el instituto quebró y los dos quedamos en paro, no teníamos dinero suficiente para mantenernos y no conseguimos ningún trabajo al que poder asistir. En esos momentos eran tiempos difíciles y 2 meses después encontró un trabajo muy remunerado, pero no me quiso decir de qué se trataba. Me dejo semanas después de duro trabajo. Me dijo como escusa que estaba en peligro y no quería involucrarme. – en ese momento rompió a llorar y no pudo continuar la historia, parecía estar rota por dentro.

- Se fue y no dejo rastro para que pudiera seguirle, como si fuese un ladrón. – Siguió un cliente que acababa de entrar en el bar – En los periódicos notificaron de una compañía de robos que gracias a su nueva incorporación consiguió su mayor botín de la historia, del cual nunca se dio información de él. Tendría que ser algo del gobierno para ocultarlo tanto. Hace dos días, unas infiltraciones en el grupo dio a conocer su próximo golpe. Era un lugar público y conocido debido a su incremento de popularidad a medida que pasaba el tiempo. Ese lugar era…

- Un bar al que yo y mi ex marido íbamos al acabar las clases – continuó ella limpiándose la cara – su nombre era y sigue siendo gracias a Dios… el “Martins’ Pub”.

Caroline y yo no sabíamos cómo responder a eso, solo pregunte por una cosa.

- Y usted como sabe todo eso?

- Oh, se me olvido presentarme. Mi nombre es Albin Doyle, y llegue aquí después de recibir una llamada anónima donde se oía todas las conversaciones del atraco, lo rastreamos y vinimos aquí. Por suerte ya tenemos al culpable de todo esto bajo vigilancia, lo atrapamos justo cuando salió del bar y tropezó conmigo, cayéndose el maletín y abriéndose mostrando todo su contenido. Este se trataba de un carnet de la organización con sus datos y los del grupo con los que trabajaba. En unos días estarán todos bajo arresto.

- Pero porque estabas con él en esto? – pregunto Caroline a nuestra huésped de la barra.

- Justo ayer, me vino a buscar y me conto una historia de la que nunca me podre olvidar, la historia de un ladrón y sus logros. Al terminar, me dio una confesión y me pidió que trabajase con él en su último trabajo, este bar. Yo lo negué, pero él me arrastro hasta aquí y me ofreció estar con el desaparecido del mundo en una casa en la playa de Zihuatanejo. Esa fue la razón de mi estancia aquí, pero en medio del atraco me di cuenta y me arrepentí de todo, por eso hice la llamada a la policía.

- Tuviste mucho valor, pero sabes que eso no te libra de ser cómplice del atraco.

- Lo sé, puedes llevarme contigo, por cierto, olvide presentarme, mi nombre es Ángela

Tras hacer una llamada al exterior, unos policías entraron y se llevaron a Ángela con una triste mirada hacia nosotros. Después de irse, Albin se acerco y se despidió de nosotros.

- Siempre serás bienvenido al bar – dijo yo tras darle un apretón de manos.

- Tendrás noticias mías pronto, no lo olvides.

Y se fue por la puerta poniéndose su sombrero y gabardina en pleno día con 35 grados de temperatura

jueves, 30 de junio de 2011

Fracaso

Dios mio! Atracadores en el Martin's pub! Por Dios, cuando me hice con el bar no pensé en los posibles inconvenientes, como este: la gran mortalidad en los sectores triunfantes de la hostelería. Intenté mantener la cabeza fría, no dejarme dominar por el pánico aunque era dificil. ¿Qué se hace en estos casos? Llamar a la policia. Se podía intentar, rapidamente activé la alarme silenciosa que Athan había puesto para estas ocasiones. De todas formas sabía que la policía mas cercana tardaría 20 minutos en llegar, y eso si se daban prisa. Miré a la cara de los asesinos, intentaban aparentar calma, pero sobre todo a la chica se le notaba que estaba nerviosa. Le pedían a Athan el dinero mientras todos en la tele aún sonaba summerstorm. Athan sacaba el dinero de la caja lo mas lentamente que podía, dándose cuenta de que yo había avisado a la policía y confiando en que vinieran en el menor tiempo posible.
Repentinamente se me ocurrió una idea y aunque no sabía como funcionaría, lo intenté. Tenía que tener la mente muy fría y mucho valor. Le dije a la chica:
- Oye, no tienes porque hacer esto.
Ella me miró, y su compañero me fulminó con la mirada. Tragé saliva y seguí hablando.
- Creo... creo que los malos momentos y las malas situaciones no se solucionan asi, vale? Si necesitas dinero, es preferible no sé... buscarte un trabajo o pedir en la calle a esto.
- Cállate! Tu no sabes nada! - Me dijo el jefe o cabecilla de los dos.
- No, yo no sé nada, no sé cual es vuestra situación, pero me parece a mi que ella no está muy segura de lo que estais haciendo. Se lo veo, su aspecto y su modo de actuar me hacen ver que está insegura, hasta es posible que tu la estés obligando a hacerlo.
La mujer se desmoronó. Se sentó en la barra y se puso a llorar. El hombre seguía de pie en el centro, pero su expresión se volvió de fracaso. Acto seguido se marcho del bar corriendo por la puerta. Debía saber que su plan había fracasado y había decidido abandonar a la mujer y darse a la fuga con su caro maletín y su traje de piel, y quizás probar suerte en otro lugar.
Athan se acercó al centro y avisó a todos los clientes de que ya se podían levantar, que ya no había peligro. La gente se fue levantando poco a poco y marchándose, mirando algunos con cara de rencor y otros con cara de compasión a la mujer que gimoteaba en la barra. Le di un agua para que bebiese y se calmase un poco. Aquella mujer que antes parecía tan segura ahora estaba llorando desesperada. Necesitaba a alguien que la escuchara y que la comprendiera, pues su compañero, que deduje sería su amante o marido, se había dado a la fuga sin mirar por ella. Athan y yo nos sentamos en frente de ella, esperando que nos contara su historia, como había llegado hasta ahi.
- Todo comenzó - nos dijo - hace ya dos años en el instituto donde yo y mi exmarido dábamos clase...