jueves, 30 de junio de 2011

Fracaso

Dios mio! Atracadores en el Martin's pub! Por Dios, cuando me hice con el bar no pensé en los posibles inconvenientes, como este: la gran mortalidad en los sectores triunfantes de la hostelería. Intenté mantener la cabeza fría, no dejarme dominar por el pánico aunque era dificil. ¿Qué se hace en estos casos? Llamar a la policia. Se podía intentar, rapidamente activé la alarme silenciosa que Athan había puesto para estas ocasiones. De todas formas sabía que la policía mas cercana tardaría 20 minutos en llegar, y eso si se daban prisa. Miré a la cara de los asesinos, intentaban aparentar calma, pero sobre todo a la chica se le notaba que estaba nerviosa. Le pedían a Athan el dinero mientras todos en la tele aún sonaba summerstorm. Athan sacaba el dinero de la caja lo mas lentamente que podía, dándose cuenta de que yo había avisado a la policía y confiando en que vinieran en el menor tiempo posible.
Repentinamente se me ocurrió una idea y aunque no sabía como funcionaría, lo intenté. Tenía que tener la mente muy fría y mucho valor. Le dije a la chica:
- Oye, no tienes porque hacer esto.
Ella me miró, y su compañero me fulminó con la mirada. Tragé saliva y seguí hablando.
- Creo... creo que los malos momentos y las malas situaciones no se solucionan asi, vale? Si necesitas dinero, es preferible no sé... buscarte un trabajo o pedir en la calle a esto.
- Cállate! Tu no sabes nada! - Me dijo el jefe o cabecilla de los dos.
- No, yo no sé nada, no sé cual es vuestra situación, pero me parece a mi que ella no está muy segura de lo que estais haciendo. Se lo veo, su aspecto y su modo de actuar me hacen ver que está insegura, hasta es posible que tu la estés obligando a hacerlo.
La mujer se desmoronó. Se sentó en la barra y se puso a llorar. El hombre seguía de pie en el centro, pero su expresión se volvió de fracaso. Acto seguido se marcho del bar corriendo por la puerta. Debía saber que su plan había fracasado y había decidido abandonar a la mujer y darse a la fuga con su caro maletín y su traje de piel, y quizás probar suerte en otro lugar.
Athan se acercó al centro y avisó a todos los clientes de que ya se podían levantar, que ya no había peligro. La gente se fue levantando poco a poco y marchándose, mirando algunos con cara de rencor y otros con cara de compasión a la mujer que gimoteaba en la barra. Le di un agua para que bebiese y se calmase un poco. Aquella mujer que antes parecía tan segura ahora estaba llorando desesperada. Necesitaba a alguien que la escuchara y que la comprendiera, pues su compañero, que deduje sería su amante o marido, se había dado a la fuga sin mirar por ella. Athan y yo nos sentamos en frente de ella, esperando que nos contara su historia, como había llegado hasta ahi.
- Todo comenzó - nos dijo - hace ya dos años en el instituto donde yo y mi exmarido dábamos clase...

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