lunes, 14 de marzo de 2011

El Principal Motivo

No se si recordáis (supongo que si) una pareja de detectives que vinieron al pub hace una semana. Si es así mejor, porque si no es mejor que preguntéis. Uno de ellos había vuelto esta tarde. Pero hoy estaba solo. Me acerqué a él para tomarle el pedido:
- Hola, que quiere tomar?
- Lo de la última vez, pero solo para mi, que hoy vengo solo
Volví un par de minutos después para traérselo. Mientras caminaba a la mesa, recordé la tarde pasada en la que ese mismo hombre me había guiñado el ojo cuando se refirió a este pub. Me entró la curiosidad por saber porque lo había echo, así que decidí preguntárselo
- Aquí tiene.
- Muchas gracias
- Perdone, ¿pero le importaría si le hago una pregunta?
- En absoluto
- Esta bien. El otro día que vino le dijo a su compañera antes de marchar que este era el lugar perfecto para quedar todos los días, y justo en ese momento me guiñó el ojo. ¿Porqué?
- Mi joven amigo, sabía de sobra que su ayuda nos podría ser útil, y por eso le guiñé el - ojo. Además, si no me equivoco, usted sabía exactamente de lo que estábamos hablando.
- He de reconocer que así es. Espero que no lo haya molestado.
- No se preocupe. Siempre es bueno contar con gente que tiene puestas las orejas en todos los sitios. Y si no le importa, me gustaría pedirle un favor tanto a usted como a su compañera Caroline.
- ¡Como sabe su nombre!
- Athan, lo se todo sobre vosotros. Desde quienes son vuestros amigos a que estudiasteis y porqué abristeis el pub.
- Pues si no le importa, me gustaría saber como se llama usted. Más que nada para conocer al hombre al que vamos a ayudar
- Ningún problema. Me llamo John Howard.
- Y ¿qué quiere que hagamos por usted Caroline y yo?
- Ser mis oídos. No se si lo saben, pero su pub está ganando mucha popularidad. Y gente de todo tipo acude aquí a tomar algo
- Eso no se lo discuto
- Pues me gustaría que usted y Caroline tomen nota de las historias que ocurren en este lugar. Nunca se sabe si un asesino puede venir aquí…
- No hay problema. Esperamos poder servirle de ayuda
- Estoy seguro de que va a ser así.
- Si me disculpa, he de ponerme en marcha. Los clientes no se atienden solos
- Estoy de acuerdo. Ha sido un placer.
- Igualmente

Y me alejé de aquella mesa.
Creo que nunca os lo dijimos, pero este fue el verdadero motivo por el que abrimos el blog que ahora mismo estáis leyendo. Todas aquellas historias que anotábamos para John y Sophie, decidimos publicarlas para que todos pudieseis disfrutar de ellas.

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